Verdad Absoluta o Caos: El Peligro del Relativismo en la Fe Cristiana

Lcdo. Gabriel Castillo Molina

1/9/20253 min read

Verdades Objetivas y Subjetivas en la Revelación Cristiana: Un Análisis

Desde el inicio, es fundamental afirmar que en la Revelación cristiana no se puede incluir el subjetivismo. Cuando las interpretaciones personales o emocionales se mezclan con las verdades reveladas por Dios, esto puede llevar a la división y al error doctrinal. La Revelación divina, contenida en la Sagrada Escritura y la Tradición Apostólica, tiene un carácter objetivo, y su interpretación está confiada al Magisterio de la Iglesia para evitar malentendidos o distorsiones. Este principio asegura la unidad en la fe y protege la doctrina de la Iglesia.

La Importancia de las Verdades Objetivas

Las verdades objetivas son aquellas que no dependen de nuestras opiniones o sentimientos; son realidades que existen independientemente de nuestra percepción. En el ámbito cristiano, estas verdades son esenciales porque reflejan la voluntad y el mensaje de Dios revelado a la humanidad. Por ejemplo, el dogma de la Trinidad, la divinidad de Cristo o la Resurrección son verdades objetivas que no están sujetas a debate ni a interpretaciones individuales.

El Catecismo de la Iglesia Católica subraya que "la Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura constituyen un único depósito sagrado de la Palabra de Dios" (CIC, 97). Este depósito de la fe no puede ser modificado según preferencias personales, ya que su origen es divino, no humano.

El Peligro del Subjetivismo en la Fe

El subjetivismo, aunque válido en cuestiones personales como gustos o emociones, se convierte en un peligro cuando se aplica a la fe. Por ejemplo, interpretar la Biblia según las emociones o los contextos individuales puede llevar a divisiones, como ocurrió históricamente durante la Reforma protestante. El principio de sola scriptura, que prioriza la interpretación personal de la Escritura, resultó en la fragmentación de la cristiandad y en numerosas denominaciones con doctrinas contradictorias.

El Concilio Vaticano II, en el documento Dei Verbum, advierte que la interpretación de la Sagrada Escritura debe hacerse dentro del contexto de la Tradición y bajo la guía del Magisterio para evitar errores doctrinales (Dei Verbum, 10).

Verdades Subjetivas y su Lugar en la Vida Cristiana

Aunque el subjetivismo no tiene cabida en la doctrina revelada, sí juega un papel en nuestra experiencia personal de la fe. Por ejemplo, la manera en que una persona experimenta la oración o la devoción a un santo puede variar según su contexto personal. Estas expresiones subjetivas enriquecen la vida espiritual, pero siempre deben alinearse con las verdades objetivas de la fe.

San Juan Pablo II enfatizó en Fides et Ratio que "la fe no es un sentimiento subjetivo, sino la adhesión a la verdad objetiva revelada por Dios" (Fides et Ratio, 31). Esto refuerza la idea de que las experiencias personales deben estar subordinadas a la verdad objetiva de la Revelación.

La Revelación: Un Pilar de Unidad

La Revelación cristiana, contenida en la Biblia y la Tradición, es el fundamento de la unidad en la fe. Gracias al Magisterio, los fieles tienen una guía confiable para interpretar correctamente las Escrituras y las enseñanzas de la Iglesia. Este enfoque protege a la Iglesia de caer en relativismos y asegura que las verdades de la fe permanezcan intactas a lo largo del tiempo.

Por ejemplo, la doctrina de la Eucaristía, que afirma la presencia real de Cristo en el pan y el vino consagrados, es una verdad objetiva que no depende de la percepción individual de los fieles. Esta doctrina, arraigada en la enseñanza apostólica, se mantiene firme gracias a la custodia del Magisterio.

Conclusión

En la fe cristiana, distinguir entre las verdades objetivas y subjetivas es clave para evitar divisiones y errores doctrinales. La Revelación divina es una verdad objetiva, contenida en la Biblia y la Tradición Apostólica, e interpretada por el Magisterio de la Iglesia. Cualquier intento de mezclar el subjetivismo con estas verdades fundamentales puede comprometer la unidad y la fidelidad al mensaje de Cristo.

Para vivir nuestra fe de manera auténtica, debemos adherirnos a las verdades objetivas reveladas por Dios y permitir que nuestras experiencias personales sean iluminadas por estas verdades, sin tratar de adaptarlas a nuestras preferencias o emociones.